Somos Pueblo — El ministro de Salud Pública, Víctor Atallah, informó este sábado que ya se han realizado 225 autopsias como parte del proceso de identificación de las víctimas fatales del colapso del techo de la discoteca Jet Set, ocurrido la madrugada del pasado martes en Santo Domingo. Las cifras preliminares señalan que 221 personas perdieron la vida en el lugar del siniestro, mientras que otras cuatro fallecieron posteriormente en centros hospitalarios a causa de sus heridas.
Durante una rueda de prensa ofrecida desde el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), el titular de Salud Pública advirtió que la cifra total de muertes podría elevarse, debido a que varios heridos aún permanecen en estado delicado. El viernes, una persona que se encontraba ingresada en el Hospital Darío Contreras falleció tras sufrir un paro cardíaco, elevando la cuenta de víctimas y dejando abierta la posibilidad de nuevos decesos.
“Pudieran ser 228, pero esa parte todavía la tenemos que corroborarla”, afirmó Atallah, al referirse a las estadísticas provisionales.
El funcionario aprovechó el escenario para agradecer públicamente a las instituciones y voluntarios que han colaborado en las labores de rescate, atención médica y procesamiento forense. Mencionó de manera especial la labor de la Policía Nacional y de la Junta Central Electoral (JCE), cuya asistencia ha sido fundamental para la identificación de los cuerpos, en muchos casos gravemente afectados por la magnitud del colapso.
“Queremos garantizar el soporte a todas las personas, para que reciban las mejores atenciones posibles”, añadió el ministro, en alusión tanto a los sobrevivientes como a los familiares de las víctimas que requieren apoyo psicológico y social.
El desplome del techo de la discoteca Jet Set, una de las más reconocidas del país, ocurrió en plena presentación artística durante la madrugada del 8 de abril. En el momento del accidente, el local se encontraba repleto de asistentes. La magnitud del siniestro provocó una movilización nacional de organismos de emergencia y motivó la declaratoria de tres días de duelo por parte del presidente Luis Abinader.
Desde el momento del colapso, los equipos de emergencia han trabajado de manera ininterrumpida para rescatar víctimas, remover escombros y asistir a los heridos. La fase de rescate fue oficialmente cerrada el jueves, luego de que las autoridades confirmaran que ya no existían posibilidades razonables de encontrar más sobrevivientes entre los restos del edificio.
Los cadáveres están siendo sometidos a un proceso meticuloso de autopsias y análisis forenses en el Inacif, con el fin de establecer la causa exacta de muerte de cada persona y confirmar sus identidades. Esta labor, además de necesaria para los procesos legales y administrativos, es crucial para ofrecer respuestas claras a los familiares de los fallecidos, muchos de los cuales aún esperan por la entrega de los restos de sus seres queridos.
Las autoridades no han informado todavía cuál fue la causa técnica específica del derrumbe. No obstante, se confirmó que el edificio contaba con más de 50 años de antigüedad. El Ministerio de Obras Públicas realiza evaluaciones estructurales y levantamientos técnicos que podrían arrojar resultados en los próximos días. La población se mantiene a la espera de un informe oficial que esclarezca si hubo fallas estructurales, negligencia en el mantenimiento del local o violaciones a las normativas de seguridad.
Además del gran número de fallecidos, el siniestro ha dejado una secuela emocional profunda. Testigos describen escenas caóticas al momento del colapso, y familiares han relatado la angustiosa espera por información en las afueras de hospitales y centros de acopio. Psicólogos del Ministerio de Salud y de organizaciones civiles brindan acompañamiento a decenas de familias que enfrentan el dolor de la pérdida.
El gobierno ha prometido una investigación exhaustiva y un proceso transparente. Mientras tanto, el país sigue de luto y con la mirada puesta en que esta tragedia no quede impune ni se repita, y que las víctimas reciban no solo justicia, sino también el reconocimiento digno que merecen.