Somos Pueblo — Zulinka Pérez, hija del legendario merenguero dominicano Rubby Pérez, rompió el silencio sobre los desgarradores momentos que vivió el día en que perdió a su padre durante el colapso del techo de la discoteca Jet Set. En una entrevista concedida al periodista venezolano Luis Olavarrieta, la también cantante narró con dolor cómo presenció el impacto que cobró la vida del artista y cómo, a pesar de ello, le ocultaron la verdad durante varias horas.
“Yo sabía que mi papá estaba muerto porque al que le cae eso encima no es para que esté vivo”, expresó Zulinka, refiriéndose a una pesada viga que cayó directamente sobre el cuerpo de su padre durante el desplome. No obstante, en medio de la desesperación, se aferró a una mínima posibilidad: “¿Y si no viste bien? ¿Y si no fue así?”, pensaba.
“Solo quería que me entregaran el cuerpo”
En medio del caos, Zulinka trató de comunicarse con sus familiares y obtener información precisa, pero asegura que fue engañada por algunos rescatistas que le ofrecieron versiones que no correspondían con la realidad. “Me dijeron que le pusieron suero, que ya lo encontraron y lo canalizaron, pero yo les preguntaba si estaban seguros”, relató.
Su intuición de hija, sin embargo, le indicaba que Rubby Pérez ya no estaba con vida. “Yo no buscaba un milagro, solo quería que me entregaran el cuerpo”, confesó con firmeza.
Zulinka también cuestionó el manejo de los rescatistas en el lugar del siniestro. “Tomaron esto tal vez como un relajo. Me engañaron. Yo los enfrentaba, intenté controlarme, pero era mucho”, dijo, evidenciando la mezcla de impotencia y dolor que experimentó ante la pérdida de su padre.
Rumores falsos y percepción del lugar
Durante la entrevista, la artista aprovechó para desmentir informaciones que circularon en redes sociales, donde se decía que Rubby Pérez habría cantado mientras estaba bajo los escombros. “Mi papá en ningún momento emitió ningún sonido”, aseguró.
En cuanto al estado físico de la discoteca Jet Set, Zulinka admitió no haber notado anomalías estructurales a su llegada. “He visto unas fotos y algunos videos diciendo que la discoteca tenía grietas en la tarima. No sé si es verdad porque nunca me fijo, y las luces no me dejan ver”, comentó.
El dolor tras la pérdida
Más allá de la tragedia pública, Zulinka también habló desde la intimidad del duelo familiar. Aseguró que todavía no ha podido iniciar un verdadero proceso de duelo, pues se encuentra en estado de shock emocional. “Estoy consciente, claro está, porque no estoy loca ni medicada, pero lo que se llama aterrizar, no lo he hecho. No he comenzado mi duelo”.
En ese sentido, pidió fuerzas a Dios para poder enfrentar lo que viene. “Le pido a Dios que me dé fuerza para seguir”, dijo con voz entrecortada. En medio del dolor, expresó su compromiso de mantener vivo el legado musical de su padre, uno de los más grandes íconos del merengue dominicano. “Haré todo lo posible para que su legado no se apague”, afirmó.
Un país en duelo
La tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set ha marcado un antes y un después en la historia reciente de República Dominicana, no solo por el número de víctimas, sino también por el impacto cultural y emocional que ha dejado. La muerte de Rubby Pérez, conocido por su potente voz y sus décadas de contribución al merengue, ha sumido al país en una profunda tristeza.
Los restos del artista fueron despedidos entre aplausos, flores y canciones en el Teatro Nacional, en una ceremonia que reflejó el cariño y la admiración que el pueblo dominicano siempre le tuvo. Pero para su hija Zulinka, el proceso apenas comienza.
Su testimonio añade una dimensión humana a la tragedia y pone en evidencia las carencias en la atención de emergencias, así como la necesidad de garantizar protocolos adecuados que respeten el dolor de los familiares en momentos tan críticos.
Hoy, Zulinka Pérez alza la voz no solo como hija, sino como heredera de un legado que, pese a la tragedia, promete seguir vivo. En sus palabras resuenan la pérdida, la verdad, el desconcierto y la determinación de que, a pesar de todo, la historia de Rubby Pérez no termina aquí.