EE.UU. – La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de suspender la ayuda exterior financiada por el gobierno federal comienza a generar efectos significativos a nivel internacional. República Dominicana no es la excepción, pues varios programas de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) podrían verse seriamente afectados.
Para el año fiscal en curso, el anterior secretario de Estado, Antony Blinken, había aprobado un presupuesto de 42,750 millones de dólares destinados a proyectos de salud, desarrollo, educación y entrenamiento militar en el país. Sin embargo, la nueva administración ha tomado medidas drásticas bajo la política de «gastar o ahorrar en casa», lo que pone en riesgo estos fondos.
Solo en agosto del año pasado, la USAID destinó más de 45 millones de dólares para fortalecer áreas clave en República Dominicana, incluyendo el crecimiento económico, la democracia y los derechos humanos, la adaptación climática, la preparación ante desastres, la educación y la seguridad sanitaria global. En ese entonces, la jefa de la agencia, Samantha Power, realizó el anuncio durante una visita oficial al país.
Ahora, con la decisión de Trump, estas iniciativas enfrentan un futuro incierto. La suspensión de la ayuda exterior ya ha causado despidos y el cierre de programas en diversas partes del mundo, lo que genera preocupación entre sectores locales que dependen de estos fondos para ejecutar proyectos de desarrollo y asistencia social.
Analistas políticos y expertos en cooperación internacional advierten que la reducción de los fondos de USAID podría impactar directamente en comunidades vulnerables, afectando la estabilidad económica y social del país. Asimismo, se teme que este recorte limite la capacidad de respuesta ante emergencias climáticas y de salud pública.
Hasta el momento, las autoridades dominicanas no han emitido una declaración oficial sobre el impacto de esta decisión en los programas que reciben financiamiento estadounidense. Sin embargo, organizaciones y beneficiarios han comenzado a expresar su preocupación ante el incierto panorama que se avecina.
Se espera que en las próximas semanas el gobierno de Estados Unidos ofrezca más detalles sobre el alcance de la suspensión de la ayuda y los posibles ajustes en su política exterior.
