El gigante estadounidense de gestión de activos, BlackRock, ha liderado un consorcio que ha acordado la adquisición de dos puertos estratégicos en el Canal de Panamá, Balboa y Cristóbal, previamente operados por la empresa hongkonesa CK Hutchison Holdings. La transacción, valorada en 22.800 millones de dólares, incluye una participación mayoritaria en la operación de estos puertos y en diversas terminales portuarias a nivel global.
Esta compra se produce en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas, con preocupaciones por parte de Estados Unidos sobre la influencia china en infraestructuras clave de América Latina. La adquisición por parte de BlackRock es vista como una estrategia para reforzar la presencia estadounidense en la región y disminuir el dominio de China en sectores estratégicos.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, respondió a recientes declaraciones que sugerían una posible intervención estadounidense, reafirmando la soberanía del país sobre el Canal y sus infraestructuras. Mulino subrayó que Panamá tiene pleno control de su territorio y que la operación comercial no altera su posición de independencia.
La transacción no solo tiene implicaciones económicas, sino también políticas, ya que refuerza la cooperación entre Estados Unidos y Panamá, asegurando una mayor estabilidad en el control de esta ruta marítima crucial. CK Hutchison Holdings, por su parte, obtiene una importante liquidez tras esta venta, permitiéndole redirigir su estrategia de inversión global.
El Canal de Panamá es una de las vías comerciales más importantes del mundo, con alrededor de 14.000 buques transitando anualmente, representando aproximadamente el 6% del comercio mundial. El control y la gestión de sus puertos resultan esenciales para la economía global y la estabilidad geopolítica de la región. Esta adquisición refleja la importancia de mantener el control sobre infraestructuras clave y destaca el papel de Panamá como un actor central en la logística y el comercio internacional.
