Si el Foam hubiera llegado con Colon en su primer viaje, esos residuos estarían aún en nuestro medio, se estima que su degradación en el ambiente es de aproximadamente 650 años.
El Foam, o poliestireno expandido, precisamente el estireno que es el componente básico de este producto fue considerado por el Consejo Nacional de Investigación de los Estados Unidos en el 2014, como «razonablemente anticipado como carcinógeno humano».
Este término se define como: “Una sustancia cancerígena o carcinógena es aquella que por inhalación, ingestión o penetración cutánea, puede ocasionar cáncer o incrementar su frecuencia”.
Este producto al contacto con el calor emana gases que pueden ser ingeridos en las comidas y bebidas, o inalados por las personas. Se estima que alrededor del 30% de la basura en los vertederos el mundo es Foam y que solo el 1% es reciclado en los países del primer mundo por su difícil manejo. Por eso, en estos países su uso es básicamente en la construcción, no como material de un solo uso.
Cuando se habla de agregar un aditivo a un producto (que aún se desconocen estudios que lo respalden como seguro) que ya de por sí tiene significativas alertas para ser usado en la manipulación de la comida para humanos, es jugar una ruleta rusa con la pistola de tu enemigo.
Cabe destacar que el ó los aditivos presentados para agregar al poliestireno no cambian la naturaleza misma del producto, algo Biodegradable se descompone de manera natural y en un tiempo racional, dejando unos residuos que la resiliencia en la naturaleza pueden tolerar.
Algunas técnicas para la degradación de una parte de estos polímeros se realizan en condiciones muy particulares, por ejemplo, en vertederos especiales con la presencia de materia orgánica ligada con el poliestireno, y en un ambiente anaeróbico o de muy poco oxígeno, o sea que todo el material que este expuesto al aire tardará al menos los 650 años para degradarse.
