En estos días he estado leyendo con preocupación las múltiples declaraciones de falta de recursos que desde diferentes ministerios y la propia JCE se expresan.
Entiendo sin abundar en las finanzas públicas, que hemos estado viviendo unos periodos de gobiernos de dispendio , enriquecimiento ilícito y desbordante que sobrepasan el presupuesto de la nación con creces, preocupante pues para lo que no hay dinero, es para pago de deudas contraídas a nivel internacional con la banca.
Pero a nivel local con suplidores, contratistas y productores, que no pertenecen al selecto grupo del estado, esos están pagos por adelantado, para esos siempre hay.
Lastimoso, ofensivo y peligroso, que no hay dinero para la JCE llevar a cabo unas elecciones transparentes, para una segunda vuelta posible, aún habiendo inyectado más de los recursos presupuestados para un evento de esa envergadura, pero vemos que si hay dinero para otros proyectos y salidas del pleno.
No hay dinero para suplir hospitales, el estado calamitoso de nuestros enfermos no puede ser mayor, el interno tiene que pagar hasta por el suero que le pondrán, la tasa de muertes en infantes aumentando, pero hay dinero para hacer fachadas de hospitales que se caen a pedazos en pocos meses, para equipos suplidos por los del estado que no sirven más que para fotos.
Veo que no hay dinero para que las prestadoras de salud ARS, que descuentan cada mes el pago de sus afiliados, puedan aprobar exámenes y procedimientos. Pero vemos que las mismas tienen dinero para gastos de publicidad, nóminas abultadas, gastos superfluos y hasta para aportes de campaña oficialista.
Vemos que no hay dinero para el sistema educativo, planteles que se caen a pedazos, sin lo fundamental para que el pan de la enseñanza llegue de manera digna a los más necesitados.
Vemos los desayunos y almuerzos escolares hechos con sobras, sin el más mínimo control de sanidad, pero vemos que si hay dinero para solventar las más caras universidades del mundo a los hijos de los funcionarios, con las estadías más cómodas que ser humano pueda soñar.
No hay dinero señores, aún la hiperinflación nos arropa, pero nos triplicaron los precios de todo, el dólar subiendo, los impuestos acabando, pero no hay dinero…
¡No hay dinero para qué o para quienes!
No hay dinero pero el Banco Central habla de un aumento en la economía, y no lo dudo pues nos exprimen hasta la última gota de sudor del trabajo honrado, del esfuerzo del emprendedor frustrado por el estado.
Y si la economía creció, los ingresos fiscales superaron los esperados, y esto no se refleja en servicios, no llega al pueblo, entonces en buen dominicano, tenemos una reserva de agua muy buena, con una bomba de agua nueva y de alta potencia, que trabaja a la perfección sacando el agua, pero en el camino hay una fuga grave que no permite que el pueblo pueda saciar su sed.
Entiendo que cuando este tipo de situaciones se dan, debemos empezar por detectar la fuga, esa la sabemos, apagar la bomba para que no drene lo que queda de reserva de agua y no se queme el motor , CORTAR EL TUBO DONDE ESTÁ LA FUGA Y EMPALMAR CON UNA PIEZA NUEVA DE ACOPLE, QUE GARANTICE EL FLUJO DE AGUA .
Si sabemos quienes tienen el dinero del pueblo, quienes son la causa del problema de la falta de liquidez para servirnos como se debe, pues debemos aplicarnos a la mayor brevedad, antes que diluyan lo sustraído, a acorralar, incautar, recuperar el dinero del pueblo, y aplicar lo recuperado a un renglón por cabeza de corrupto, a maneras de ver resuelto los problemas de los más , que debemos parar de financiar las vidas de unos cuantos parásitos que tienen a los dominicanos de rodillas, ¡BASTA YA!
Aquí hay dinero , aquí hay con que resolver, aquí hay que recuperar lo robado, y tener el país que todos merecemos.
Está en ti unirte a un esfuerzo común, levantarte de ese escritorio, de esa cama, salir de tu zona de confort por un breve tiempo, para que tú y los tuyos se garanticen que lo que has trabajado habrá de permitirte y permitirle a los tuyos, mantener el estatus que tanto esfuerzo te ha costado alcanzar.
Está en ti, ¡piénsalo!
